miércoles, 20 de febrero de 2013

Tesoros enterrados




Paul Haggis brinda aquí a Clint Eastwood un magnífico libreto el mismo año en que estrenaba Crash, aunque ambas compitieran en los Oscar en años distintos. Al final Million Dollar Baby ganó el Oscar a mejor película y Paul Haggis se tuvo que conformar con una nominación al mejor guión adaptado. Pero al año siguiente Crash ganaría el Oscar a mejor película y Paul Haggis el de mejor guión original.

Llegados a este punto supongo que ya os habréis dado cuenta de que he venido a hablar del guión más que nada ya que supongo que se habrá dicho todo del bueno de Clint a estas alturas.

                                     


En el segundo visionado de esta película me he fijado en el magnífico guión que tiene y que me ha recordado al de El Apartamento (Billy Wilder). ¿Por qué? Por todos esos tesoros enterrados que se pueden encontrar en él. ¿A que me refiero con tesoros enterrados? Supongo que los que hayáis visto El Apartamento recordaréis la importancia en la trama de detalles como un espejito roto, una raqueta de tenis con la que se escurren unos espaguettis, la pistola de la cuál Jack Lemmon cuenta una historia a Shirley McLanne para consolarla...

Pues bien, en Million Dollar Baby también encontramos algunos de éstos 'tesoros enterrados' —la denominación no es mía (Un yacimiento de espejos)— que emergen al final de la película y que pasaré a exponer:

                                        
En una escena de la primera hora de la película Clint Eastwood le dice a Hilary Swan "Ya descansarás cuando hayas muerto". La frase quedaría en anécdota si no fuese porque al final será él mismo quién le tenga que quitar la vida para que pueda descansar y para los que recuerden aquella frase cobrará unos visos fatalistas enormes.
                                         

En la segunda hora de película Hilary Swank le cuenta a Clint Eastwood cómo de niña tenía un pastor alemán al que quería mucho, pero que tenía los cuartos traseros muy mal lo que le obligaba a arrastrarse sobre las patas delanteras. Le dice que un día su padre se lo llevó en su furgoneta al bosque; al volver el perro no estaba y vio la pala en la parte de atrás suponiendo sú destino. Cuando al final de la película ella está paralizada en la cama, y después de que le hayan amputado la pierna izquierda, le dice a Clint: "¿Recuerda lo que mi padre hizo por Axel?". Axel era el nombre del perro, por lo que todos entendemos lo que quiere decir. Aunque él no quiera ni oir hablar de eso al final tendrá que desempeñar la misma labor que el padre en esa relación paterno-filial que mantienen. Recordemos que Clint por alguna relación que desconocemos no se relaciona con su hija —a pesar de que le escribe todas las semanas ella siempre devuelve las cartas— y la relación de Hilary con su familia —el padre muerto— es distante y basada en la incomprensión.

El último detalle que quiero comentar es el de la tarta de limón casera que Eastwood dice que tanto le gusta y pregunta a Hilary si en el lugar donde trabaja la hay. Ella le dice que sí, de lata, pero esa no es a la que él se refiere. Tras visitar a la familia de ella, en el viaje de vuelta, le hace parar en un sitio donde hacen la mejor tarta de limón casero de la zona, a él le encanta y se pregunta si venderán ese sitio, ya que tiene unos ahorros. La trama sigue y al final, mientras el narrador dice que espera que haya ido a un lugar en el que tuviera paz, entre cedros y robles, volvemos a ver vagamente desde fuera el establecimiento donde habían tomado la tarta. Fundido a negro. Fin.

                                             

domingo, 10 de febrero de 2013

Casi una cuestión de fe.


Da-reun na-ra-e-suh (In Another Country) es la última película, hasta la fecha, de Hong Sang-Soo. Desconozco el resto del cine de Sang-Soo así que no puedo valorar su obra en conjunto, pero si puedo decir que en esta película se ve el interés del director por los mecanismos de la representación y la creación de ficción.


La película trata de una chica que decide escribir un guión sobre varias mujeres extranjeras que viajan a Corea por diferentes motivos. Isabelle Huppert interpreta a las tres extranjeras y las historias se desarroyan todas en los mismos escenarios. El resultado final puede suscitar críticas por lo artificial de las situaciones e interpretaciones, pero significa no haberla entendido. Lo que algunos pueden interpretar como cosas negativas es lo que a mi me resulta verdaderamente interesante de ella.


El film, en realidad, versa sobre la chica que escribe el guión; en los tres diferenciados relatos que hay dentro de él, se destila la búsqueda de la naturalidad en la ficción, los bosquejos de guión que se escriben antes de llegar a un resultado satisfactorio. Las películas que hay dentro de la película tratan sobre la película de la que forman parte, sobre lo que hay en la mente de la joven escritora, sus personajes estereotipados infantiles y las situaciones con verdaderamente poco sentido.


Todo esto, plasmado en la pantalla por otro director podría convertirse en una orgía para la vista, pero Sang-Soo opta por una planificación bastante sencilla; no mueve la cámara nunca del sitio y sólo usa el zoom en algunas escenas para reencuadrar. Ya desde los títulos de crédito del principio se sugiere el aire infantil del relato (usando una caligrafía que recuerda a la de un niño). Es de suponer que el director ha querido "crear" lo menos posible en una cinta que trata sobre eso mismo, limitándose a "estar ahí". Así, la película se desarroya de una forma bastante ingenua, casi como una película de dibujos animados.



Es, en suma, uno de los ejercicios de metaficción más elaborados y más simples (estos dos conceptos no tienen por qué ser incompatibles) de los últimos años. La escritora se dedica a la búsqueda de las palabras, con mayor o menor acierto, así como en la película Isabelle Huppert busca por el pueblo un faro. Y es que, al fin y al cabo, crear literatura es como una búsqueda de las palabras entre la niebla: la mayor parte del tiempo infructuosa, pero a veces iluminada por la luz de la inspiración. Casi una cuestión de fe.